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Benchmark: ¿Qué es y para qué sirve?

Publicado el
10/8/2023 5:03 PM

El benchmark es una herramienta que se utiliza tanto en el ámbito empresarial como en el ámbito financiero para mejorar la toma de decisiones. Gracias a él es posible encontrar oportunidades para mejorar procesos, funciones, productos y resultados.

En este artículo te explicaremos qué es benchmark, te contaremos qué tipos de benchmarking existen, y te daremos toda la información que necesitas para entender cómo funciona.

¿Qué es el benchmark?

En el ámbito financiero y empresarial, el benchmark o benchmarking es una herramienta que sirve para evaluar el desempeño y la rentabilidad de una inversión. Regularmente, se toma como referencia un índice de mercado vinculado a la industria en la que se está invirtiendo.

Es decir, sirve para comparar una inversión con su benchmark o referencia, para saber si se está generando un rendimiento superior o inferior al promedio del mercado.

¿Para qué sirve el benchmarking en una empresa? 

En el caso de las empresas, el benchmarking permite hacer una comparación con los competidores directos y los líderes de la industria, tomando en cuenta algunos indicadores clave como la productividad, la eficiencia operativa, y la rentabilidad.

La idea es obtener datos de valor para saber si se están obteniendo resultados positivos, y tener un punto de referencia al momento de tomar decisiones.

Tipos de benchmarking

Cuando se habla de benchmark, hay que tener presente que las comparaciones que se utilizan para encontrar oportunidades de mejora se pueden realizar con diferentes enfoques, y que se pueden analizar tanto datos internos como externos.

Existen diferentes tipos de benchmarking, y cada uno de ellos se ajusta a las necesidades particulares de cada empresa. Para ayudarte a conocerlos y entender para qué sirven, te hablaremos de ellos.

Benchmark interno

Las empresas no solo hacen benchmarking tomando como referencia a otras compañías, sino que también pueden comparar su propio rendimiento en diferentes áreas, unidades internas o departamentos, y medir su progreso respecto al pasado.

Con el benchmarking interno se pueden encontrar oportunidades de mejora, y conocer las estrategias o prácticas que ofrecen mejores resultados.

Cuando se utiliza de la manera apropiada, se puede aprender de las experiencias del pasado, y nutrir a la empresa en general, de todo lo que se hace bien en cada uno de los departamentos que la componen.

Benchmark externo

A diferencia del benchmarking interno, con el benchmarking externo lo que se toma como referencia es el desempeño que tienen los competidores de una empresa. Es decir, se analizan las estrategias que utiliza la competencia y se mide su rendimiento para encontrar oportunidades de mejora.

Asimismo, se puede conocer cuál es la posición que tiene la empresa dentro del sector, y qué ventajas o desventajas se tiene en relación a la competencia. En otras palabras, se trata de identificar cuáles son las fortalezas y las debilidades que se tiene en relación a los competidores.

Algunos de los indicadores que se utilizan dentro del benchmark externo son la rentabilidad, la eficiencia operativa, y la cuota de mercado.

Benchmark funcional

Por último, tenemos el benchmarking funcional, que se utiliza para evaluar funciones y procesos particulares dentro de la empresa. Esto significa que no se parte de un enfoque amplio en el que se analiza el desempeño general de la empresa, sino que se abordan procesos específicos que tienen cierta relevancia para ella.

Las empresas que lo hacen comparan sus procesos tomando como referencia los estándares y buenas prácticas dentro de la industria en la que desarrollan sus actividades, con el propósito de identificar oportunidades de mejora.

Algunos de estos procesos que se utilizan para el benchmarking funcional son la gestión de inventarios, la gestión de la cadena de ventas y el proceso de ventas. Todo depende del tipo de empresa y de las áreas que desee mejorar.

¿Cómo se utiliza el benchmarking en la gestión de inversiones?

Así como se utiliza para analizar el desempeño de una empresa, el benchmark también puede resultar muy útil para la gestión de inversiones. Con él es posible evaluar la rentabilidad de una inversión, y comparar qué tan bien se está desempeñando en relación al mercado.

Si al hacer la comparación, la cartera de inversiones supera el punto de referencia que se tomó como benchmark, se puede decir que se invirtió bien y se está obteniendo un rendimiento positivo. En caso contrario, si tras la comparación se descubre que la cartera de inversiones tiene un rendimiento por debajo del benchmark, se puede concluir que las decisiones de inversión no fueron las adecuadas.

Ventajas y desventajas del benchmarking

El benchmark tiene tanto puntos positivos como puntos negativos, y es necesario conocerlos para comprender de forma amplia su funcionamiento, y la relevancia que puede tener en ciertas situaciones.

Ventajas del benchmarking

Cuando explicamos qué es benchmark resaltamos algunas de las ventajas que supone utilizar esta herramienta, sin embargo, vale la pena que profundicemos un poco en cada una de ellas.

Ayuda a definir metas y objetivos en una empresa

Tener una referencia interna y externa que permita evaluar el desempeño de la empresa resulta muy útil, sobre todo, para definir metas y objetivos. Hacer benchmarking ayuda a que las empresas puedan identificar las brechas que tienen en relación a su competencia, y desarrollar planes que les permitan mejorar su posicionamiento en el mercado.

Sirve para encontrar oportunidades de mejora

La comparación con otros departamentos del negocio y con el desempeño de las empresas que lideran la industria sirve para encontrar oportunidades de mejora. El benchmarking ayuda a identificar qué estrategias funcionan, cómo se ejecutan determinados procesos, y dota a las empresas de nuevas perspectivas en relación a sus actividades.

Desventajas del benchmarking

Más que hablar de desventajas del benchmark, podemos hablar de limitaciones, porque más allá de la utilidad que tiene esta herramienta, no es posible solucionar todos los problemas de una empresa con ella.

Además, en muchas ocasiones no se cuenta con toda la información que se necesita para hacer un análisis completo, o las condiciones de las empresas que se evalúan son muy diferentes.

Autor
Blum SAF
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